En Nueva Zelanda, la profundidad mínima requerida de la banda de rodadura de los neumáticos del automóvil es de 1.5 milímetros. Esta regulación es muy importante porque una profundidad adecuada de la banda de rodadura es esencial para mantener una buena adherencia en carreteras mojadas o resbaladizas. Si la profundidad de la banda de rodadura es insuficiente, el automóvil puede tener dificultades para mantener la estabilidad durante la conducción, especialmente al frenar de emergencia o al girar, lo que aumenta el riesgo de accidentes de tráfico. Asegurar que la profundidad de la banda de rodadura cumpla con los estándares legales ayuda a mejorar la seguridad vial y reducir los accidentes de tráfico causados por malas condiciones de los neumáticos. Por lo tanto, revisar y mantener la profundidad de la banda de rodadura es responsabilidad de cada propietario de vehículo y un paso importante para asegurar la seguridad personal y de los demás.