En las normas de tráfico de Nueva Zelanda, cuando no hay líneas amarillas discontinuas en el borde de la carretera, la distancia mínima para estacionar un vehículo del paso de peatones es de 6 metros. La importancia de esta regulación radica en asegurar la seguridad de los peatones en el paso de peatones y mejorar la visibilidad, evitando la obstrucción de la línea de visión causada por vehículos estacionados demasiado cerca, reduciendo así la ocurrencia de accidentes de tráfico. Esta regla ayuda a proteger a los peatones, especialmente a los niños y personas con movilidad reducida, para que crucen el paso de peatones de manera segura, y también facilita que los conductores observen con claridad ambos lados del paso de peatones, tomando las decisiones de conducción adecuadas. Por lo tanto, las normas de tráfico de Nueva Zelanda estipulan que al estacionar en el borde de la carretera sin líneas amarillas discontinuas, se debe mantener una distancia mínima de 6 metros, como una medida importante para mejorar la seguridad y fluidez de los usuarios de la vía.